Místico, constructor, hombre de oración, inagotable en la acción. Su principal dedicación pastoral fueron los esclavos africanos. Consejero de muchos, incluido el Virrey, no hizo distinción entre las personas y siempre demostró el arte de hacerse comprender por unos y otros: africanos, indígenas, españoles, criollos o mestizos. Iniciador de varias obras apostólicas, su legado incluye también la tradición del Sermón de las Tres Horas. El sentido de búsqueda y realización de la voluntad de Dios siempre fue el norte consciente y apasionado de su vida, inspirando devoción en muchos peruanos y peruanas hasta nuestros días.
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